Bueno, pues eso es lo que he hecho esta dos ultimas tardes. Ayer la elegida fue Big Fish y hoy la elegida ha sido Dogville. Ya sé que ambas ya han tenido un pequeño hueco en el blog, pero en este caso no me apetece hablar de ellas como obras fílmicas, sino como grandes reflexiones sobre la sociedad actual.
Son dos películas que contrastan; es más, me atrevería a decir que en la forma son antagónicas. El mundo de Burton es colorista, fantástico, incluso recargado. El de Trier es todo lo contrario: frío, oscuro, deshumanizado, Beckettiano, distante. Con el Pez Gordo todo nos parece fácil, todo fluye como ese gran río que conduce la película. Mientras con el pueblo de los perros todo es mucho más arisco como las montañas que lo rodean.
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